Algunas veces cuando uno tiene una idea no siempre la saca a relucir, ya sea porque creemos que no es buena o simplemente porque nos da pereza hablar (es como si nuestro subconsciente nos obligara a reducir la capacidad de pronunciar palabras); en fin, la mayor parte de las veces no decimos lo que pensamos.
Es verdad que en el colegio (primaria-secundaria-universidad-postgrado-y lo que venga después) nos enseñan que debemos hacer preguntas, siempre, y no quedarnos con la duda, nunca; pero seamos sinceros, ¿quién es el valiente que todo el tiempo cumple con ese consejo? Hasta yo me incluyo en el otro grupo, en el de los que aunque sea una vez en la vida me quedo con la duda o no aporto con una idea...
Pero ¿qué es lo que nos impide alzar la mano y expresar nuestras inquietudes?. Personalmente confieso que en más de una ocasión me ha tocado experimentar ser el foco en una sala de charlas o cualquier cosa que involucre personas hablando sobre un tema (asumo que todos o casi todos los lectores también lo han sido); y existen dos posibilidades que caracterizan tu punto de vista o pregunta, o buena (concreta, admisible, común, normal, algo que para todos sea entendible y lógico, no raro), o mala (descabellado, fuera de la razón, incoherente, algo imprudente y hasta gracioso, no aceptable). Y díganme solo una cosa, cómo se supone que en todas las ocasiones vamos a seguir el consejito de "preguntar y no quedarnos con la duda" si los interlocutores que tenemos no entiende que durante toda nuestra existencia estamos en un proceso de aprendizaje que culmina cuando ya nuestro corazón deja de bombear sangre al cerebro... En sí, el problema no está en las otras personas (bueno, en verdad sí tiene un problema, pero eso ya sería otro tema), lo que tenemos que tratar es de autoeducar nuestro autoestima (eso eso, auto,) a mi parecer esta es una de las cosas que tenemos que hacer pensando en uno mismo, olvidarse del resto, ser un poquito egoísta y centrarnos en yo, yo y yo, meternos en la cabeza que las burlas y la falta de educación e inteligencia de los demás son eso del resto, yo soy diferente y pienso diferente, mi capacidad intelectual no tiene por qué ser la misma de todo el mundo; entonces, si a mi parecer juicioso y analista quiero compartir una idea, la idea, o preguntar algo, no es necesario escuchar la opinión o la respuesta de un interlocutor/es que no respetan mi punto de vista único y personal...
Esto es una digámosle "introducción" a una curiosa historia que me toco pasar hace casi un año, la cual escribiré mañana si no hay contratiempos que lo impidan...
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