El satélite Swift detectó el pasado 28 de marzo una inusual emisión de rayos gamma. Ahora, dos equipos de científicos plantean que esta explosión pudo tener su origen cuando un agujero negro gigantesco se ‘tragó’ a una estrella del tamaño del Sol.
Recreación de la estrella cuando empieza a ser absorbida por el agujero negro. Crédito: Marck Garlick/Universidad de Warwick.Un equipo internacional de astrónomos, con participación española, empleó los telescopios Gemini-Norte (Hawaii), Gran Telescopio Canarias (La Palma) y Keck (Hawaii) para localizar con instrumentos ópticos la emisión de rayos gamma. Los datos desmintieron la hipótesis inicial que ubicaba el evento dentro de nuestra galaxia y lo localizaron en una galaxia a unos 3.800 millones de kilómetros de distancia.
El trabajo, publicado en Science, atribuye su origen a un mecanismo relacionado con el agujero negro supermasivo en el núcleo galáctico. “El estallido podría deberse a la ruptura y caída hacia el agujero negro de parte del gas de una estrella próxima”, explica Juan Carlos Tello, uno de los autores del estudio y astrónomo del Instituto Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC).
El pico máximo de brillo correspondería a un agujero negro de unas diez mil millones de masas solares, lo que supera la masa total de la propia galaxia. Esto podría indicar que en los alrededores del agujero negro se produjo una intensa fulguración provocada, según apunta un segundo estudio de Science, por la ruptura de una estrella en las proximidades.
La explosión sigue ‘viva’
“Hemos desarrollado un modelo para explicar los datos recogidos: un agujero negro ‘se traga’ a una estrella y ‘escupe’ un haz de luz que apunta a la Tierra”, explica a SINC Joshua Bloom, autor principal de este otro trabajo e investigador del departamento de Astronomía de la Universidad de California-Berkeley (EE.UU.). Según el experto, la estrella tendría el tamaño de nuestro sol y el agujero negro sería un millón de veces más masivo.
“La explosión produjo una enorme cantidad de energía y todavía continúa, dos meses y medio después”, asegura Bloom, quien lo explica con el siguiente símil: “El agujero negro rompe a la estrella y los remolinos de su masa giran a su alrededor como el agua que cae por un desagüe”. Los investigadores calculan que las emisiones desaparecerán a lo largo del próximo año.





